¿De qué trata?
Una mente que no se cuestiona “está vacía”, no es curiosa, no indaga y, por tanto, no será capaz de aprender con autonomía. Saber formular buenas preguntas es una habilidad que debemos desarrollar en nuestros niños y jóvenes en su educación para convertirse en pensadores y aprendices efectivos. La calidad de nuestro pensamiento se demuestra en la calidad de nuestras preguntas.